Víctor o Victoria en la antigua Etruria. El príncipe podría ser una princesa
Nuevas pruebas realizadas al esqueleto etrusco del llamado “príncipe” o “Tarquino Prisco” sugieren que pertenece a una mujer
El esqueleto del lecho del lado izquierdo, con la lanza al lado del cuerpo (marcada por la flecha)
El hallazgo en Tarquinia de una tumba etrusca intacta fue
recientemente noticia en Italia, no solo por su contenido, sino también
por la posible identificación de la persona fallecida. Según la prensa
del momento, en la cámara funeraria abovedada, que contenía dos lechos
de piedra – con el fin de alojar dos cuerpos -, los arqueólogos habían
encontrado un esqueleto completo que reposaba en el lecho más grande. El
cuerpo estaba adornado con joyas de oro y una lanza, una prueba
utilizada para identificar al fallecido como un hombre. Los restos del
cuerpo del lecho más pequeño estaban acompañados de un joyero, propio de
una mujer, siempre según los investigadores. El enigma se había
resuelto. Los arqueólogos y el mundo entero creían estar frente a una
pareja real etrusca, probablemente Tarquinio Prisco ( 616-579 a.C.) y su
esposa.¿Pan comido? Más bien no, al menos para la arqueóloga británica Judith Weingarten. En un reciente artículo publicado en su blog personal, la arqueóloga sostiene que el esqueleto del lecho más grande de la tumba ¡pertenece en realidad a una mujer! Según un análisis osteológico del esqueleto, publicado el 26 de septiembre, los huesos son los de una mujer que murió a una edad de entre 35 y 40 años. En cuanto a los huesos encontrados en el lecho más pequeño, pertenecerían a un hombre.
Estos hallazgos plantean una serie de interrogantes sobre cuestiones de género en el contexto arqueológico. ¿Hubo suficientes posibilidades de enterrar a una mujer como un hombre y a un hombre como una mujer ? ¿O son acaso mal entendidas por los arqueólogos las costumbres funerarias relacionadas con el género?
“No es habitual encontrar el cuerpo de una mujer con una lanza”, explica el jefe de excavación de la tumba, el profesor Alessandro Mandolesi (Universidad de Turín). “Después de haber obtenido los resultados del análisis antropológico del esqueleto, y habiendo encontrado (las cenizas de) el varón, tenemos una idea más clara de la situación. La lanza, con toda probabilidad, fue depositada como un símbolo de unión entre los dos fallecidos”.
Sin embargo, Judith Weigarten tiene sus dudas sobre esta explicación. “¿Por qué es tan difícil de entender que la clase dominante de la sociedad etrusca estaba compuesta de hombres y mujeres? Y presenta un buen número de fuentes escritas y pictóricas que indican el posicionamiento único de las mujeres en la sociedad etrusca, con cuerpos bien dotados para el ejercicio físico y más liberadas sexualmente que sus contemporáneas griegas. “Puedo imaginarme a Tanaquil o a Tulia siendo enterradas con una lanza a su lado. O a cualquier otra de sus parientes femeninas que hubiera mostrado una dosis viva de muliebris audacia”, comenta.
Fuente: Archaiologia | Victor/Victoria in Ancient Etruri
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